Una casa de Aldeas en Viña del Mar – julio 10 2019

Niños y jóvenes deciden sacar su casa a la comunidad

Vamos a la playa, salimos juntos, es como si la casa que teníamos en la Aldea se hubiera trasladado para acá” dice contenta la menor de estos siete hermanos. Así fue como una de las casas de la Aldea de Quilpué decidió salir a la comunidad para que sus participantes comenzaran a vivir su vida con más autonomía. Pero no están solos, porque siguen a cargo de su cuidadora, la Tía Mirtha.

“Esto es los más parecido a un familión, no solo porque somos muchos, sino por el cariño que nos tenemos”, así lo expresa la tía Mirtha al hablar de su experiencia como cuidadora de siete hermanos, que han recibido su atención desde hace casi 15 años.

Cuando Mirtha llegó a la Aldea de Quilpué su paso por el programa de acogimiento era temporal, ‘yo solo quería ver cómo era el trabajo y si no me gustaba, me regresaba a mi otro trabajo…y ya pasaron 15 años desde que empecé aquel jueves, cuando fui solo a probar’.

A los seis meses de haber iniciado sus labores como tía de apoyo en la Aldea de Quilpué, le ofrecieron la oportunidad de hacerse cargo de una casa que abrirían para recibir a siete hermanos biológicos, que pronto llegarían a la Aldea y estarían a su cargo.

Mirtha no dudó en aceptar lo que vio como un gran reto y asumió con compromiso esta nueva responsabilidad. Con mucha ilusión preparó la casa, las habitaciones, compró la ropa de cama y junto al director de la Aldea, ella misma fue a buscar a los hermanos Rosa, Dalia, Benjamín, Fresia, Mateo, Margarita y Girasol, que llegaron siendo tan solo unos niños.

Hoy los siete hermanos ya son adolescentes y jóvenes y crecieron bajo el cuidado de Mirtha, junto a quien, desde hace dos años viven una experiencia distinta. Y es que tuvieron la oportunidad de cambiarse a un departamento en Viña del Mar, como parte del proyecto de vivienda inserta en la comunidad que lleva adelante la organización.
‘Los chicos lo ven como un cambio de casa, pero la verdad es que aquí la vida de los niños es súper fácil. Con este nuevo formato ellos se vuelven muy independientes, yo los veo más desenvueltos, maduros y seguros’, comenta la cuidadora sobre esta modalidad de cuidado residencial, que desde hace ya algunos años estamos implementando en Aldeas Infantiles.

La Tía se siente orgullosa del progreso personal de cada uno de los hoy jóvenes y adolescentes que vio crecer, de su personalidad y sus logros. Reconoce que su trabajo fue posible porque siempre ha recibido el apoyo del equipo técnico de Aldeas, y eso le ha ayudado a orientar a los siete hermanos, que hoy no puede dejar de ver como a sus propios hijos.

Esta es solo una parte de la historia de Mirtha y de su experiencia como cuidadora durante los 15 años que ha ejercido esta labor, y en los que, desde la dedicación y el profesionalismo, se ha preocupado por brindar cuidado de calidad a los niños que recibieron y reciben su atención.

Tu apoyo es importante para que tengamos historias como éstas y desde nuestro trabajo podamos brindar acompañamiento constante a quienes día a día atienden a los niños, niñas y adolescentes que participan en nuestros programas.

Pronto te contaremos más detalles de las historias de vida de estos siete hermanos. Si quieres saber más, quédate pendiente de nuestras comunicaciones para que estés al día con su progreso y veas el gran impacto que tiene tu apoyo.
 
*Aclaración: Los nombres y ubicación de los personajes fueron cambiados, para resguardar a los niños, niñas, adolescentes y familias que participan en nuestros programas, y para proteger su derecho a la privacidad.