Cuidado residencial – febrero 16 2021

Inversión en el cuidado residencial para los niños y adolescentes desde Arica a Ancud

La atención de niños que perdieron el cuidado de sus familias fue un desafío

Durante el 2020 en las Aldeas o Programas de Acogimiento Familiar donde viven niños, niñas y adolescentes que temporalmente no pueden estar con sus familias, tuvimos que adaptar el funcionamiento para dar atención de calidad, asegurar la protección, seguridad y promover la restitución de derechos. Esta realidad requirió de flexibilidad por parte de los equipos, aumentar la presencia en los Programas con el reforzamiento del sistema de turnos y adaptar los procesos de intervención a las nuevas medidas sanitarias y de seguridad, desarrolladas para los Programas de cuidado residencial a nivel nacional.

En ese marco, en 11 Aldeas Infantiles durante el 2020, pudimos entregar cuidado temporal en las Aldeas, a un total de 502 niños, niñas, adolescentes y jóvenes, distribuidos de la siguiente manera:

Esto implicó una inversión de CLP 6.438.698.116para cubrir gastos tales como: vestimenta, transporte, limpieza, gastos médicos, gastos de mantención, gastos administrativos, entretenimiento, alimentación y educación, donde hubo una inversión de CLP 69.302.499, para apoyar el desarrollo educativo de los niños, niñas y adolescentes participantes.

La nueva realidad de los procesos de intervención

Pese a los esfuerzos de Aldeas Infantiles, fue un año difícil para los niños y adolescentes. La cancelación de salidas, las mínimas visitas presenciales de sus familias y de las demás personas externas como medida de prevención de contagios, generó una alta carga emocional en los niños y adolescentes con diagnóstico de salud mental, los cuales hoy representan el 29% del total de los participantes. Situaciones que fueron abordadas por los equipos técnicos de las Aldeas, y que en algunos casos pudieron resolverse con videos llamadas entre los niños y sus familiares. Hasta que, en octubre de 2020, niños y familias se reencontraron físicamente, siguiendo un estricto protocolo de visita (ver aquí) Acción que trajo profundos momentos de emoción y que fue muy positiva para ellos.

Ante el drástico cambio de rutinas en las Aldeas, aplicamos un circuito de intervención en el que participaron cada uno de los profesionales de atención en estos Programas, (profesores de educación física, psicólogos, trabajadores sociales, psicopedagogos, TENS, coordinadoras técnicas y pedagógicas, administrativas, entre otros) junto a quienes se establecieron rutinas diarias para ejecutar medidas de prevención del COVID-19, y entre todos seguir impulsando el desarrollo y la ejecución de los planes de intervención individual de cada uno de los niños y adolescentes durante la época de pandemia.

El cuidado físico y emocional del equipo cobró especial relevancia ante la emergencia sanitaria. Por ello, se realizaron Talleres de Autocuidado impartidos a las TENS para acompañarles en el proceso de cuidado de los niños y colaboradores, y reforzar las medidas de protección y prevención ante el COVID-19. Adicional a esto, los colaboradores recibieron capacitaciones en Buen Trato y Educación Positiva, Desarrollo Infantil y Adolescencia, Manipulación de Alimentos, Conductas Problemáticas y Prevención de Abuso Sexual entre pares desde un Enfoque de Género, Intervención en Crisis, Primeros Auxilios y Técnicas de Reanimación, entre otros.

La infraestructura forma parte del ambiente familiar

La renovación y aprovechamiento de los espacios también fue una prioridad durante el 2020, por ello dentro del plan de mejoramiento se ejecutaron proyectos de cierre perimetral de las Aldeas, normalización eléctrica en las casas, patios interiores y comunes, nuevos espacios para el desarrollo de actividades al interior de los Programas que incluyeron la instalación de juegos y máquinas de ejercicios, salas recreativas dentro de las casas, compra de insumos para canchas deportivas y gimnasios multiusos, entre otros que implicaron una inversión de:

La emergencia del COVID-19 cambió nuestra manera de trabajar y comunicarnos e implicó una reinvención constante en las acciones de intervención que aplicamos durante el 2020 para proteger la salud física y mental de los niños, niñas y adolescente que viven temporalmente en las Aldeas. Cambios dentro de los que se incluyeron transformaciones programáticas como las que se plantearon en los Programas de Santiago, Puerto Varas, Angol Arica, que pasan a tener un servicio aún más técnico, con la especialización de la atención orientada a perspectiva de género y edades más específicas. Puedes ver aquí, un adelanto de las modificaciones programáticas de Arica.

Estos cambios implicaron fijar la mirada en el bienestar de cada niño y adolescentes participante, así como en los colaboradores a cargo del cuidado de los niños, quienes, como tú, también vivieron largos periodos sin ver a su familia, en compañía de un equipo que mantiene un gran compromiso para entregar una atención de calidad. Hoy ante las medidas preventivas, la llegada del periodo estival, la cercanía de la vuelta a clases y la incertidumbre de una nueva cuarentena estricta, nuestro trabajo sigue planteando retos constantes que afrontaremos con tu apoyo para seguir defendiendo el derecho de los niños a vivir y crecer en una familia.