agosto 23 2023

La ilusión de un nuevo colegio

Catalina ha vivido casi toda su vida en la Aldea de Padre Las Casas, a donde ingresó con apenas dos años de vida. Luego de su llegada a la Aldea también ingresaron sus hermanos menores, con quienes pudo compartir su niñez y adolescencia, y lo más importante, conservar este importante lazo familiar que hoy atesoran.

En el 2022 iba a un colegio para personas con capacidades diferentes, en donde no se sentía parte. Sabe que sus malas notas en un par de asignaturas, que reflejan sus dificultades para aprender, hicieron que llegará a ese colegio, sin embargo, hoy día siente que puede rendir más que antes, y que ahora sí está preparada, pues tiene los ánimos de seguir con sus estudios y superarse, “yo siento que no debería estar ahí y lo digo con mucho respeto a las personas que sí lo están'', por este motivo, pidió que le cambiaran a un colegio dos por uno, para avanzar con sus planes.

Conversando con Catalina, contó que la idea de un nuevo colegio le hace ilusión, pese a los comentarios que suelen recibir de sus compañeros sobre Aldeas Infantiles. Siempre intenta ser respetuosa y trata de entregar el mismo respeto que ella espera recibir, por esto, expresa que “no discrimen a los niños’’, ya que burlarse utilizando connotaciones como ‘huérfanos’, son algunas de los comentarios que les incomodan y que asegura son agresiones psicológicas que las personas realizan desde el desconocimiento y que no dan cuenta de su realidad. 

Para ella, su futuro está claro. Si le preguntaran - ¿cuáles son tus sueños? - no daría mil vueltas pensando en qué hacer, lo tiene bien claro, quiere ser estilista, un deseo que se ve potenciado por su interés de vivir y cuidar a su mamá, quien hoy en día tiene epilepsia, y la razón principal por la que quiere trabajar.

Aunque a veces siente que toma un rol de persona adulta o que debería tomarlo, por dentro emana energía juvenil, y está llena de sueños e ideas, que, con brochas, colores y peinetas, le ayudan a expresar su talento. Por ello los tiempos compartidos en la Aldea, los utiliza para jugar y entretenerse, “me gusta peinar a las tías y hacerles las uñas, eso me gusta’’.

A sus 17 años, Catalina sabe que tiene que trabajar para alcanzar sus metas y tener la vida que sueña, donde, además, su familia es su prioridad, por ello, ya lograda su nivelación académica, a finales de diciembre del año pasado, le dan la noticia que tanta ilusión le hacía. ¡Quedó en el colegio que quería, el cual fue a conocer ese mismo día!

Hoy sigue proyectando su sueño de vivir con su mamá, y le da ánimos a sus hermanos menores para que estudien y puedan alcanzar esas metas, en las que esperamos seguirlos apoyando y verlos construir su camino.