agosto 23 2023
Nunca es tarde para pedir ayuda
Estar al cuidado de tres hijos resultó un desafío para Rosa, y en especial la relación con su hija adolescente, pero a tiempo supo buscar ayuda, y hoy ve los resultados del esfuerzo por mejorar la comunicación en su hogar.
Rosa, es una madre que participa del Programa de Fortalecimiento Familiar de Carahue, al que conoció en medio de un taller de manualidades, en donde se conversaba sobre “cómo negociar y llegar a acuerdos con los y las hijas”, y en el que vio reflejado gran parte de lo que ella vivía en casa con su familia.
Esta madre nació en un contexto de alta vulnerabilidad social y económica en una zona rural del país, por lo que establecerse y salir adelante ha requerido de grandes esfuerzos, que ha logrado llevar a cabo con la intención de poder brindarles un espacio seguro a sus hijos, y comenta que “como yo tuve una niñez difícil, no quiero que ellos también la tengan difícil’’,
Estar al cuidado de una niña, un niño y una adolescente, en el contexto actual, es un desafío para las familias que atendemos; es por ello que, a través del Programa de Fortalecimiento Familiar de Carahue, apoyamos y acompañamos a esas familias, como es el caso del núcleo de Rosa, con quienes trabajamos en la aceptación de responsabilidades, tanto por parte de los padres y madres, como de los hijos, para poder llegar a acuerdos que permitan la mejora de las relaciones y convivencia familiar.
Rosa reconoce que “todos los días hay desafíos diferentes con los niños’’, porque cada uno es diferente, pero con el apoyo que siente y tiene por parte del Programa, puede dar cuenta de los cambios que ha observado al momento de establecer límites, y llegar a acuerdos junto a su hija, como cuenta, “tuve que aprender a romper el hielo, para llegar a ella"’.
Durante un largo tiempo estuvo intentando que su hija le permitiera la entrada a su habitación, esperando que quisiera compartir unas cuantas palabras, contarle algo de lo que sentía. En realidad, solo buscaba mayor cercanía, conocerla mejor y tener menos discusiones.
“Los profesionales me han ayudado a hablar de las emociones y a mejorar mis relaciones con mis hijos’’, por lo que hace una invitación a no tener miedo a trabajar en el Programa, porque “aquí hacen las cosas con cariño y compromiso’’, expresa Rosa.
El compromiso que Rosa ha puesto en su trabajo con el Programa, y principalmente con su familia, le ha permitido dar respuesta a todas aquellas situaciones que estuvo a punto de dar por perdidas: los silencios, las peleas y los malos tratos. Aunque no todos los días son buenos, sí ve un avance, pues ahora puede tocar la puerta y pasar a la habitación de su hija, y compartir conversaciones cotidianas entre madre e hija.
Los tres Programas de Fortalecimiento Familiar de Aldeas Infantiles SOS Chile, más que intervenir directamente sobre situaciones familiares, entregan a padres, madres y cuidadores en general, herramientas prácticas para mejorar sus relaciones familiares. Por ello, generan actividades en donde participan todos los integrantes de la familia, y encuentros de autocuidado en los que, madres y cuidadoras/es tengan un espacio de atención personal con el equipo del Programa, que como comenta Rosa, hoy da grandes resultados tanto para ella como para su familia.