noviembre 11 2022

Priscilla Martínez: El presente y futuro de la joven líder que empodera a su comunidad en la Aldea Pillán

Con 18 años recién cumplidos, Priscilla se prepara para un gran cambio: egresa de la Aldea que la vio crecer. Pese a que las ansias le ganan, tiene claro que el inicio de esta nueva etapa le abre las puertas para salir adelante y cumplir sus sueños.

Miércoles por la tarde, Aldea Pillán, Santiago. Luego de un largo día, ocupado por clases del Colegio y reuniones ligadas a su labor de líder, la presidenta del Comité de Jóvenes de Pillán, Priscilla Martínez, recién llegaba a la Aldea. Con su gato en brazos, entregaba saludos y sonrisas a su comunidad, que está pronta a dejar para iniciar un camino a la vida independiente. 

 

Priscilla cursa tercero medio y tiene 18 años recién cumplidos. Tras llegar a la mayoría de edad, se prepara para trasladarse a la Fundación Sentido, organización que le brindará residencia en este nuevo ciclo de su vida, marcado por el término de la enseñanza media y su futuro ingreso a la educación superior. 

 

La Aldea Pillán es el lugar que la vio crecer. Desde los cuatro años este ha sido “su hogar, su familia, su todo”, expresa. Por lo mismo, su partida ha generado sentimientos encontrados dentro de la comunidad, ya que la consideran un pilar fundamental en la Aldea.

 

Su acompañamiento, consejos, proactividad y motivación dentro de su hogar, la han llevado a convertirse en una referente para niños, niñas y adolescentes. Es una de las residentes más antiguas de la Aldea Pillán, y a lo largo del tiempo, ha visto crecer a gran parte de sus compañeros, que hoy la consideran como su “hermana mayor. Hay confianza para apoyarnos siempre entre nosotros”, dice. 

 

Pese a que no le gusta que la consideren una líder, tiene claro que ayudar y ver progresar a la Aldea es algo que le llena el corazón. Por este motivo, siente mucha nostalgia de iniciar un camino un poco más lejos, pero está segura de que es momento de “ampliar espacios para que los más pequeños y los jóvenes que vienen, vayan tomando más responsabilidades”, dice. 

 

Además, su partida no es un adiós definitivo. La organización seguirá apoyándola, solventando algunos gastos necesarios para el diario vivir de la joven. Así mismo, Priscilla continuará visitando a su Aldea -por lo menos una vez al mes-, y también, desempeñando su labor dentro del Comité de Jóvenes, instancia en la que actúa como representante de sus compañeras y compañeros ante la Oficina Nacional. 

 

A Priscilla le motiva en demasía cumplir este rol, ya que cree que es de suma importancia fomentar el trabajo entre jóvenes, buscando las mejores oportunidades para que todos puedan llegar preparados al momento de iniciar su vida adulta. 

 

En este sentido, la joven considera que en la Aldea se entregan buenas herramientas para que sus residentes puedan salir de forma exitosa a la vida independiente, pero que, finalmente, “todos somos personas distintas, y no todos tienen la misma motivación de estudiar o trabajar después de su egreso”, cuenta. 

 

De hecho, Priscilla siempre trata de dar consejos a sus compañeros, animándoles a aprovechar las oportunidades que hay disponibles. “Yo les digo que las decisiones que tomen hoy serán para su futuro mañana, pero si las personas no quieren, no los puedes obligar”, dice. 

 

Por lo mismo, Priscilla cree que hay que ir más al fondo de las necesidades de los jóvenes de la Aldea. Pese a que existan oportunidades, considera que “hay menos espacio de escucha con las duplas, se focalizan más en los niños pequeños, ya que son mayoría. (...) Como presidenta del Comité, pudimos conversar bien con la oficina de jóvenes y hemos avanzado mucho en generar más espacios para que nuestra voz sea escuchada”, cuenta. 

 

Ad portas de cambiarse de residencia, Priscilla está ansiosa por iniciar un nuevo ciclo, dando sus primeros pasos para comenzar su vida independiente. Espera terminar sus dos últimos años de colegio para cumplir su sueño de estudiar kinesiología en la educación superior. 

 

Pese a que los temores son parte de su día a día, tiene claro que no hay espacio para dudas. Está decidida a prepararse para dar una buena prueba de ingreso a la universidad y poner todo su empeño para sacar adelante sus metas personales y profesionales. 

 

En este nuevo proceso, se siente sumamente agradecida por las oportunidades que la Aldea le brindó a lo largo de su vida. “Es un espacio en donde uno puede sacar lo mejor de sí. A mí nunca me dio vergüenza decir que esta es mi casa, mi hogar. Somos una familia XL, y espero siga creciendo y que más niños tengan las mismas oportunidades que yo tuve”.